Odio los recuerditos que la gente suele traer de sus viajes, por ejemplo esas horribles bolsas con el nombre de una ciudad repetidas por toda su superficie, pero si alguien quiere traerme algo de San Francisco a esta bolsa no le digo que no.
Odio los recuerditos que la gente suele traer de sus viajes, por ejemplo esas horribles bolsas con el nombre de una ciudad repetidas por toda su superficie, pero si alguien quiere traerme algo de San Francisco a esta bolsa no le digo que no.